sábado, 5 de abril de 2014

Si te dicen que caí es que no entendiste la pelíclula.

Si te dicen que caí de Vicente Aranda, del año 1989, supuso para su momento e incluso a día de hoy una de las apuestas más radicales y audaces del cine español. Una auténtica rareza incluso dentro del cine de Vicente Aranda. Injustamente incomprendida y atacada con dudosos argumentos, tuvo una acogida muy reticente en términos generales. Veamos porqué.

Adaptación de la novela homónima de Juan Marsé, narra la posguerra arrancando con un forense que en el año setenta recibe el cadáver "Jaba", un vecino, conocido que vivía en su mismo barrio cuando (el forense) era pequeño en los años cuarenta. "Aventi" es una palabra que define un juego infantil que consiste en imaginar todo tipo de situaciones a partir de hechos reales. Aquí está la clave del lío. No sabemos en muchos momentos que es aventi y que es real. Así pues sabemos que Jaba es un trapero que se saca unas perrillas haciendo numeritos porno con prostitutas para deleite de un falangista (interpretado por Javier Gurruchaga) mirón y de gustos retorcidos, el hermano de Jaba fue un líder anarquista que ahora se esconde en un agujero, refugiado del régimen que además tiene manía persecutoria que le hace creer que también desde la China le persiguen. Los compañeros durante la guerra de este peculiar líder se dedican a robar y atracar como parte de su lucha contra el régimen. Una prostituta llamada Aurora Nin parece ser clave en todo este embrollo, los niños se refieren a ella como una prostituta de "a duro" de lo más "tirao" y Jaba descubre que en el numerito porno se lo montó con ella y ahora la busca. Todo esto sucede al principio o más bien durante el primer tercio y hacia la mitad no solo cuesta todavía más seguir y encajar los puntos de la trama sino que en algunos momentos se crea auténtico barullo, un festival de saltos en todas direcciones, una mezcla ruidosa y agitada de viñetas realmente difíciles de atornillar en la cabeza del espectador.

Y esta es justamente la gracia de la película. Y en ese sentido para quien quiera visionarla, quizá sea bueno aceptar este hecho, es decir, que pretender abarcar todos los puntos va a resultar cuanto menos complicado. Este es el detalle que podemos considerar como algo realmente vanguardista. Para quien haya seguido la carrera de Aranda verá que sus películas suelen ser lineales y clarísimas. Pero aquí jugó sabiamente con nuestro afán de unir los puntos de toda trama con un objetivo muy noble y totalmente respetable: Dejar en nuestra cabeza al finalizar la película un montón de escenas sueltas y caóticas que es lo único que obtendremos, por mucho que nos esforcemos, si es que queremos es hacer una aproximación seria a lo que en algunos aspectos supuso la guerra civil.

En nuestra vida solo conocemos lo que hemos visto, lo que nos han contado y lo que hemos imaginado. Por lo tanto nuestra visión, incluso la de nuestra propia vida siempre será sesgada. Incluso la interpretación de lo que hemos vivido puede ser errónea o cambiar con el paso del tiempo. En ese sentido como se puede explicar lel conflicto sino es de un modo sesgado ? Tantas historias y tantos secretos, todo ese silencio impuesto por un régimen tirano, como se puede abarcar todo eso en su totalidad ? Es imposible o ingenuo si se plantea de un modo sencillo. Por lo tanto este sesgo resulta a todas luces una manera perfectamente legítima, honesta e incluso, como dije antes, audaz de explicar todo esto. Y además ambiciosa.

Se dijo en su momento que Aranda había cometido errores de guión y que solo se podía entender la película a base de leer la novela original. Es imposible que una película que transmite premeditación en cada centímetro resbale aposta en ese sentido. Probablemente para quien la haya disfrutado la primera vez, se encuentre con un deleite mayor la segunda vez al aceptar desde un principio que no va de anarquistas ni de falangistas ni de prostitutas infefensas.

(Ojo spoilers masivos a partir de ahora)

No lea esto sino quiere averiguar antes de tiempo hechos fundamentales relacionados con el final.

De que va realmente Si te dicen que caí ? Como decíamos antes son viñetas dispares de un mosaico confuso que hablan de la ausencia de héroes en las guerras y la posguerra consecuente. Así pues el líder anarquista ordena matar (en la única secuencia durante la guerra) al pervertido pero se equivocan y matan a su padre que se le parece. Y cuando lo descubren les da igual. Nos muestra la cara dura sucia e inevitable de este tipo de conflictos, intereses cruzados que acaban en vencedores, vencidos y algún que otro traidor. Son los aspectos comunes y universales de toda guerra.

Aurora Nin fue la amante del líder comunista (Antonio Banderas) que se fuga con el, pero una bomba crea confusión sobre si salieron vivos de la emboscada. De esto es testimonio un personaje interpretado por Pep Cruz, que al salir de la cárcel se encuentra que su mujer se prostituyó parta mantener a sus hijos, uno de ellos, de la pandilla del forense. En el tiempo actual (1989 cuando se rodó) este personaje, Pep Cruz, se encuentra con el atracador anarquista (Lluís Homar) e intercambian impresiones. El anarquista dice "sigo teniendo ideales, mientras haya gente con dinero yo se lo robaré" y el otro le dice que ha oído que Aurora y el líder se ganan la vida haciendo girar una peonza en las ramblas de Barcelona y también le pregunta "oye es verdad que mi mujer se iba a la fila de atrás en el cine ?" y Homar le responde "Todavía con eso en la calabaza a tu edad ? Yo que se se decían tantas cosas." Y acto seguido vemos un matrimonio de viejos que hacen girar una peonza en una mesa, aunque no llegamos a verles la cara.

Este final es no solo parte y clausura de una narración sino también la rúbrica del director. "Se decían tantas cosas" es la frase que resume aquello que quiere plasmar realmente la película incluso con cierta independencia de la novela. Lo que se decía un país de rumores y elucubraciones. Nos da la explicación de lo que tienes que buscar en la película algo así como "Créete lo que quieras creerte. Pero héroes.... más bien pocos.


viernes, 3 de diciembre de 2010

Una de acción pero no cualquiera.

Si te gustó Kill Bill es muy probable que también te guste Ninja scroll una joya oculta del cine de acción y de animación que en su momento se benefició del boom del fenómeno manga en aquellos idílicos años noventa satisfaciendo la sed de impacto de numerosos adolescentes gracias a las gratuitas y generosas dosis de sexo y violencia.



En su momento la apreciaba por la estética de ninjas y samurais y por lo impactante de las sangrientas peleas como principales factores de disfrute. Con el tiempo perdí el interés en el cine de acción y el manga empezó a aburrirme, pero con eso no quiero decir que la acción y el manga sean cosas de niños.

Viéndola ahora me llevo una grata sorpresa. No solo pasa con nota la dura prueba del tiempo sino que descubro en ella cosas que en su momento no sabía apreciar como cuestiones de encuadre o aspectos de guión. No es Shakespeare desde luego pero su argumento no es en absoluto contra lo que pueda parecer una facilona excusa para salpicar al espectador con material gore sin orden ni concierto. La trama que gira entorno a un codiciado cargamento de oro resulta no especialmente original pero está diseñada con acierto, complejidad, capcidad para generar intriga y unos diálogos que logran que cada frase nos aporte algo respecto al desarrollo de la história siendo méritos loables no solo en cuanto a una película de acción o de anime sino en cualquier producto comercial que se precie.

La dirección tiene sutiles aciertos como encuadres muy finos que beben tanto de Kurosawa como de La jungla de cristal, fondos muy trabajados y un enfoque de las escenas de acción que huye del tópico, por ejemplo, los enfrentamientos se resuelven a veces en segundos y teniendo cada lucha un modo original y poco previsible de terminar. Frecuentemente en el cine de acción a mitad de un tiroteo vemos al heroe zafarse y disparar de un modo que nos hace pensar que pase lo que pase a el no le van a dar. En Ninja scroll
cada movimiento en cada combate es único excepto en la lucha final que estropea el conjunto por monótona, falta de tensión en el clímax y por larga, error que a menudo se comete en el cine comercial por no asumir que más largo no implica más épica resultando Kill Bill muy superior en cuanto a un final que e que rompe con lo previsible.

Los personajes pueden resultar estereotipados, pero esto no solo no es malo sino que resulta imprescindible en una película de este tipo (la profundidad psicológica molesta ante cierto tipo de intrigas) y cabe destacar al heroe o mejor dicho antiheroe que se ve mezclado sin comerlo ni beberlo en esta trama cayéndonos biendesde el principio por su independidencia y recordandónos por ello a Clint Eastwood en Por un puñado de dólares.

Por último no confundais la película con la serie, de la que no se práctiamente nada y que no inspira gran atractivo.

lunes, 17 de mayo de 2010

El streap-tease de Darth Vader.

La primera trilogía de Star wars poseía una cualidad que siempre me ha fascinado: el pasado.

Más allá de lo que vemos se nos explica que hubo un tiempo en que había una orden de caballeros Jedi, que Darth Vader había sido un gran piloto cuando era de los buenos, que el maestro Yoda adiestraba Jedis antes del exilio, toda esa información nos indica que estamos viendo una parcela de la historia es decir, que interceptamos una franja, que para nosotros es el presente, la función de explicarnos un pasado es darle profundidad al presente. Eso contribuye de un modo indudablemente eficaz a que tengamos la sensación de estar en un mundo que ya existía de antemano logrando que nos sumerjamos dentro de este y parezca que en lugar de haberlo creado sus autores se limiten a describir algo que ya estaba ahí.

Es como una leyenda dentro de otra leyenda o un cuento dentro de un cuento todo ese pasado nos lo imaginábamos lo intuíamos, los vislumbravamos vagamente y quedaba difuminado en nuestra imaginación.

Hasta que llegó la nueva trilogía y lo estropeó todo. Dejamos de fantasear con algo abstracto y se nos muestra todo ese pasado con pelos y señales matando el encanto que poseía cuando solo lo imaginábamos. Es como un flashback interminable que nos explica todo lo que por lo menos yo no quería saber. No sabíamos como era Darth Vader antes de vestirse con su carismática armadura. Y saberlo no hace más que quitarle el misterio al personaje oscuro por excelencia del cine fantástico. Es como un streap-tease pero al revés: aquí el morbo no está en ver como se quita la ropa sino en ver como se la llega a poner. Un morbo que atrae a todo fan pero que aniquila el misterio.

A veces las ansias de realismo psicológico hacen cometer despropósitos. Darth Vader era un personaje que funcionaba perfectamente cuando el maniqueísmo era absoluto: era malo y punto. Eso le daba la dimensión mitológica que junto con su atuendo funcionaba a la perfección sin necesidad de salirse de esos parámetros. Que antes fuera de los buenos le daba un toque trágico convirtiéndole en el máximo traidor, lo cual le hacía aún más malo. Pero cuando nos explican su infancia, adolescencia, juventud, traumas y hobbies se cargan toda la dimensión mitológica en pro de un realismo psicológico que no aporta nada.

¿Entonces porque quise ver la nueva trilogía ? Pues porque había que verla. Después de tantos años sin estrenarse nada parecido a Star wars, copias burdas aparte, había que comprobar si las precuelas habían logrado estar a la altura de los hallazgos que el autor había logrado años antes.

La venganza de los Sith es la mejor, posee una carga melodramática superior a las anteriores y una atmósfera oscura muy lograda. Y vemos como Darth Vader se pone el casco. Aunque mate el misterio eso, amigos y amigas había que verlo.

martes, 12 de mayo de 2009

Los remakes y los tópicos de los remakes.

Si esa mentalidad que dice que los remakes son por definición innecesarios la aplicáramos al teatro nos encontraríamos que este está lleno de remakes y no pasa nada. Cuantas representaciones de Shakespeare se hacen en Europa al final del año ?

Si un director decide hacer la adaptación de dicho autor le pueden reprochar haber dirigido mal pero nunca la elección de dicha obra porque estamos hablando de un autor intocable. Hacer un Shakespeare es ir a lo fácil puesto que la crítica se endurecerá con la dirección o los actores pero nunca con el texto. Si un remake es coger un texto y darle otra visión parece que en teatro se pueden hacer los remakes que haga falta de este autor y nadie ponga el grito en el cielo por repetir un texto, pero solo que alguien compre los derechos de una película y los pague a quien corresponda para hacer nada más que una sola versión es un síntoma flagrante de la falta de ideas en Hollywood.

El cabo del miedo sorprendió contando una historia a base de modificarla en lo razonable y narrándola con un estilo moderno, zooms y efectos de montaje impensables en la época en que se hizo la original brindándonos la oportunidad de gozar de dos ángulos muy distintos y llevando la jugada al extremo al conservar lo único que era imposible de superar la deslumbrante banda sonora de Bernard Herrman que se habilmente adaptaron a secuencias que, en algún caso, nada tenian que ver con el original.

El secreto de Thomas Crown perdió a Steve Mcqueen pero ganó como director a John Mctiernan superando la original que tampoco era gran cosa.

Además el mero hecho de hacer un remake suele estimular a las filmotecas a desempolvar las originales dándoles en ocasiones una inesperada segunda vida.

Y si no te gusta la nueva... pues siempre queda la original que tampoco la destruyen pero hay quien pone el grito en el cielo como si eso fuera lo que estuviera pasando. Seguramente porque el cine, en cuanto a años de historia es joven comparado con el teatro, además una peli queda para siempre, pero no nos engañemos respecto al tufo snobista que rodea esa diferencia abismal entre lo que vendria a ser el equivalente en cada disciplina. Shakespeare se ha convertido en una tradición mientras que al novato lo acusan de plagio.

Los remakes tienen su lado bueno como lo tiene revisar un texto clásico. No deberían ser dos opciones igualmente respetables ?

miércoles, 11 de marzo de 2009

El pensamiento unico en los referentes.

Poco hay mas lamentable que tener como referentes aquellos que se "supone un cinéfilo deberia tener". Las pelis preferidas de variados cinéfilos rara vez son las que coronan los libros tipo 2001 o Ciudadano Kane, no se muy bien porqué, pero entre las prefes abundan pelis que no son históricas o joyas olvidadas que uno no espera. No digo que las arriba citadas no sean buenas, o que no puedan ser las preferidas de verdad, pero suele ser sospechoso.

El que sabe que sus pelis favoritas son Los bingueros y La ciudad no es para mí sabe mucho más de cine que muchos eruditos que en el fondo no saben si tanto les gusta La naranja mecánica porque realmente les flipa o porque se supone que debería fliparles. Puede que no encaje en según que tertúlias un fan de Ozores pero por lo menos tienen claro lo que les gusta y si hacen cine sabrán cuales son sus referentes no por dictament sino por pura devoción y eso es mucho si no lo es todo.

Una película que circulaba en los 90 en video durante el boom del manga reúnia todo lo que un adolescente inquieto podia buscar: sexo, violencia y morbo gratuitos en generoso exceso que hicieron las delicias de una generacion ávida de katanas e imágenes perturbadoras, festival de espadas y chorros imposibles de sangre pero además con un guión inteligente. Parece que el paso del tiempo beneficia a esta obra que goza además de una trama bien urdida cuyos giros enganchan y mantienen la tensión tanto como las modélicas secuencias de acción: más allá del puro espectáculo gore el timing de cada lucha es único y sorprendente en algunos casos por una rapidez que rompe el tópico de las luchas largas exceptuando el final laaaaaaargo y desmedido aunque no exempto de ritmo. Si me hablan de cine de acción, ese género que a los entendidos no debería gustar, el título que invito a ver a aquellos que no se marean con la sangre es:


(Hay una serie pero creo que tiene poco que ver).

sábado, 7 de marzo de 2009

Un guión modélico.

ROBOCOP. Ni le falta ni le sobra nada. Ah, perdón que es comercial y de tiros... que diga otra ? no. Es una obra maestra. La estructura es perfecta, no hay una linea de diálogo redundante o fuera de lugar, está dirigida con un deslumbrante talento y además es implacable en su demoledora visión social y política

Ojo spoilers.

Robocop no acabó de cuajar en el imaginario colectivo como Terminator o James Bond, porque era muy incómodo. Es una máquina que nace de la corrupción y que está programada para no detener a sus superiores, de ahí sale un final que es un chiste insuperable
-Porque no le dispara ?- Dice el jefe.
- Porque mi directriz 4 no me permite detener a un superior.-responde robocop.
- Dice el jefe de Dick a Dick : Dick...
- Responde Dick: que...
- Jefe: Estas despedido...
- Robocop: Gracias...

Y acto seguido le pega un tiro, cumpliendo la fantasia de muchos asalariados, despedir y matar al jefe al mismo tiempo. Toma lado oscuro.

La eficacia de robocop se basa en que su precisión informática le permite ser un preciso cafre. Le rompe el brazo a uno, le dispara en los genitales a un violador... que dirían esos tertulianos que cada mañana en teles y radios suelen intentar reformatear sesudamente el modelo de sociedad ideal, ante unos métodos tan poco consdiderados con los derechos de los detenidos ?

En la peli nada.

Porque los medios no acompañan a Robocop a apatrullar la ciudá. En la tele lo muestran justo al dia siguiente en una guarderia estrechando las delicadas manos de los niños. Un periodista pregunta: - Que mensaje daria usted a los nños en general ?
- No os metais en lios. - y los presentadores ji ji ja ja que simpático el robot este, porque los medios estan controlados directamente por la misma empresa privada (encargada de la seguridad de la ciudad) que diseña al robot y pero que no invierte un duro para evitar que cada dia mueran agentes carentes de recursos y refuerzos en los barrios peligrosos, tensión que degenera en una huelga de policias que de cara a los jefes no sirve de nada ya que ellos capitanean el trafico de estupefacientes (la farlopa circula entre los directivos como harina de costal) si los propios encargados de la seguridad generan delincuencia podrán vender la solución y presentarse como los salvadores y ganar votos o subvenciones si se tercia, es decir está claro que sin delincuencia los que mas pierden son los .... políticos que hipócritamente venden la solución al problema que ellos mismos crean ?... no, no, aquí solo hay empresarios en un hipotético futuro.

Todo esto entre tiros explosiones y el drama de un ciborg que descubre le han robado su vida y se rebela cual marioneta desengañada.
Que mas se puede pedir ?

Viejismo rancio

Leí en un brillante post del sr. Vigalondo lo poco que se suele reivindicar lo genial en su momento, así fue como Hitchcock fue menospreciado por una gran parte del sector entendido hasta que Truffaut lo reivindicó como paradigma de autoria al mismo tiempo que fenómeno de masas. Hoy es al revés, lo que no se puede es cuestionar este paradigma.

Por ejemplo los 80 tan en boga ahora no fueron reinvidicados en su momento, más bien uno escuchaba que si las pelis ya no son como las de antes, en cambio ahora se comenta que se ha perdido aquella sensación ( que comparto ) de ir a ver un peliculón: Regreso al futuro o Indiana Jones despertaban un cosquilleo solo con sentarse en la butaca cuando nisiquiera había pasado nada. Esa sensación ciertamente se ha perdido, pero hubo un sector de una generación que tampoco supo disfrutarla.

Y cierto es que hubo un gran esplendor y talentos como el de Fellini, Buñuel, Hitchcock, Wilder que coincidieron en el planeta en vida y que ya no se repetirán.

Pero todavia es más cierto que a unos cuantos nos aburre ese discurso anclado en el pasado. En el año 90 se hicieron Uno de los nuestros con la histórica secuencia hecha del tirón de la entrada en un restaurante o Lo que queda del día que nos regaló la insuperable secuencia del forcejeo del libro aparte de un aspecto muy insólito, todavia hoy poco explotado: mucho más importante resulta lo que sabemos de cada personaje que piensan pero se callan, siendo lo que no se dice muho más signficativo que lo que se dice, con semejantes méritos pocas maneras hay mejores de inaugurar una década.
En los 90 Woody Allen hace, por decir algo, una obra maestra como Balas sobre Broadway Tim Burton nos regala Batman, Eduardo manostijeras, Ed Wood, en España irrumpe Amenábar, De la Iglesia, Medem se confirma y seduce a Kubrick con una obra menospreciada en un sector ( inisisto en UN SECTOR ) de la crítica del momento, Almodóvar muere y resucita ( artísticamente hablando ) Kusturicka, Atom Egoyan, Von Trier... los 90 fueron espléndidos pero quien decia que los 90 era una década increíble durante los 90 ?

... Lo tiene que decir el tiempo ... Quizá la sensación de peliculón dió paso a otra sensación, más sutil o madura puesto que en el cine ya está todo inventado una sensación que sabremos describir mejor y echaremos de menos en el 2020. Quizá la década 2010 esté siendo espléndida y no nos estemos dando cuenta a base de nostalgia ochentera.

O quizá nos hacemos viejos y lo llevamos mal.